Construido hace más de 5000 años, entre finales del Neolítico y principios de la Edad del Bronce, este monumento megalítico se ha convertido en el más famoso del mundo y otro de los lugares que ver en Inglaterra imprescindibles.
Este complejo, del que las teorías más aceptadas dicen que era un observatorio astronómico y una necrópolis, está formado por grandes bloques de roca situados en cuatro círculos y tiene la particularidad que el sol sale justo por el eje durante el solsticio de verano, el único momento en el que se deja acceder al interior del monumento.
Hay que tener en cuenta que la visita al yacimiento suele durar unas dos horas y puedes llegar desde Londres en transporte público o incluirlo en una ruta por el Sur de Inglaterra.
Otra de las cosas a tener en cuenta es que en ocasiones, sobre todo en temporada alta, puedes encontrar largas colas, por lo que puede ser interesante reservar con antelación la entrada a Stonehenge.
Si eliges ir de Londres a Stonehenge, dispones de un servicio de tren que sale cada hora desde la estación de Waterloo y te deja en Salisbury en una hora y media. Desde la estación de este pueblo puedes coger un autobús que te dejará en la entrada. Otra opción más barata es coger un autobús de la compañía National Express que sale de la Estación Victoria y del Aeropuerto de Heathrow que te deja en unas dos horas en Salisbury o en la población Amesbury, situada a 2,5 kilómetros andado de Stonehenge.
Y si no quieres perderte nada importante y conocer mejor la historia de este monumento, es muy recomendable optar por alguna de las siguientes excursiones con guía en español:
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